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Paseo en familia por la Historia de las mujeres de Madrid
MDE organizó un paseo por la capital para conocer la Historia de las mujeres de Madrid
Madrid, 22 de marzo de 2018.- Mujeres para el Diálogo y la Educación (MDE) organizó un paseo en familia por la Hª de las Mujeres de Madrid, principalmente de los siglos XVII y XVIII. El paseo fue el broche de los talleres impartidos por Dª Mar Cristóbal, guía oficial de Turismo y experta en historia de las mujeres, que mensualmente nos descubre cómo vivían las mujeres de la época.
En el centro de Madrid persisten todavía numerosos conventos en pie. En el siglo XVII, con una población de 120.000 habitantes, se llegaron a contabilizar nada menos que ¡73 conventos! ¿Por qué? Una posible explicación es que en esa época, las mujeres que no querían someterse al matrimonio, optaban por consagrar su vida a la religión, incluso siendo monja de clausura tenían más libertad que como esposa.
Iglesia de San Martín
MDE inició su visita en la Iglesia de San Martín, una de las más antiguas de Madrid, situada originariamente en la plaza de las Descalzas. Fue fundada en el siglo XII como monasterio benedictino, pero durante el reinado de José Bonaparte, apodado Pepe Plazuelas por su afán a ellas, fue derribada y la actual edificación se atribuye a Pedro de Ribera.
Convento de Clausura de San Plácido
Tenebrario del convento de San Plácido
De allí partimos hacia el convento de clausura de San Plácido, fundado en 1623 por Teresa Valle de la Cerda, con el amparo del protonotario de Aragón Jerónimo de Villanueva, que además de patrón del convento, había estado prometido con Teresa Valle. Es de estilo Renacentista de transición al Barroco y tiene una espléndida Anunciación de Claudio Coello en el altar mayor. También llaman la atención los frescos de la cúpula y las pechinas, el tenebrario, así como el Cristo Yacente en el sepulcro, obra de Gregorio Fernández. Entre 1628 y 1808 estuvo en la sacristía el Cristo de Velázquez, que fue pintado para esta iglesia. Luego pasó a la colección privada de Manuel Godoy y actuamente se expone en el Museo del Prado.
Anunciación de Claudio Coello
Cristo de Velázquez
Dos sucesos relacionados pero de distinta naturaleza convirtieron a San Plácido en uno de los conventos más famosos del Madrid de los Austrias.
El primero está relacionado con el proceso inquisitorial por la supuesta posesión diabólica de veinticinco monjas del convento en 1628, entre las que se encontraba la fundadora, cuyos demonios profetizaban la reforma de la Iglesia. Procesadas por el tribunal de la Inquisición junto con el prior del convento y confesor de las monjas, fray Francisco García Calderón, como principal inculpado, Teresa Valle fue sentenciada a cuatro años. El fraile tuvo que abjurar de vehementi y fue condenado a la reclusión perpetua en el convento que se le señalase, con privación del ejercicio del sacerdocio y otras penitencias, al considerarse probados los delitos de herejía alumbradista (los alumbrados era una secta mística del S. XVI, que fue perseguida por considerarse herética y relacionada con el protestantismo) y solicitaciones (delito cometido por el sacerdote católico que requiere sexualmente a una feligresa o realiza tocamientos deshonestos). Finalmente, el 2 de octubre de 1638 el Consejo dictó auto absolutorio a favor de las monjas.
El otro episodio escandaloso, pero en este caso de carácter legendario, está relacionado con el reloj del convento, cuyas campanadas imitan al toque de difuntos. Según el relato de los cronistas, el reloj fue un regalo de Felipe IV como penitencia y desagravio por haber asediado a una joven y bella monja, llamada Margarita, que se habría salvado «in extremis» gracias a la astucia de la priora haciéndola fingirse cadáver, montaje que logró espantar al rey y sus rijosos acompañantes.
Iglesia de San Antonio de los Alemanes
Seguidamente entramos en la iglesia de San Antonio de los Alemanes que, inicialmente fue fundada como hospital para portugueses, cuando Portugal era parte de los reinos hispánicos bajo los Austrias. La reina Mariana de Austria, segunda mujer de Felipe IV, cuando ya Portugal dejó de formar parte del Imperio español, lo cedió en el año 1668 a la comunidad de católicos alemanes, numerosa en la Corte desde la llegada de la reina consorte Mariana de Neoburgo, cambiando el nombre del hospital y de la iglesia. Aun así conservó la advocación de San Antonio de Padua, santo portugués.
La principal novedad de esta iglesia es su planta elíptica, una de las pocas en España, y la fastuosidad de su decoración. El interior de la iglesia es un perfecto ejemplo de ilusionismo barroco, en el que la pintura al fresco se une a la arquitectura y las esculturas de los retablos para crear un efecto de lujo, movimiento y colorido.
En la cripta de la iglesia descansan los restos de dos infantas de Castilla: Berenguela de Castilla (1253-1300), hija de Alfonso X el Sabio y Constanza de Castilla (1308-1310), hija de Fernando IV de Castilla.
Convento de Don Juan de Alarcón
Paseando llegamos al convento de Don Juan de Alarcón, nombre popular dado al convento de Nuestra Señora de la Concepción de la orden de las Mercedarias Descalzas que fue fundado en 1609 por el sacerdote Juan Pacheco de Alarcón y cuya iglesia es un buen ejemplo de arquitectura barroca madrileña del siglo XVII.
Cúpula de la iglesia de San Antonio de los Alemanes
Escultura de Mariana de Jesús en el convento de Don Juan de Alarcón
En su iglesia se encuentra el cuerpo incorrupto de la Beata Mariana de Jesús, a quien se le atribuye la frase: “De Madrid al cielo” que sigue “y un agujerito para verlo”. Nacida en Madrid el 17 de enero de 1565, en el seno de una familia acomodada relacionada con los círculos cortesanos, ya que su padre era peletero al servicio del rey Felipe II. Mariana se sintió atraída muy pronto por la vida religiosa, y a a la edad de 22 años tenía la firme determinación de ingresar en un convento, a pesar de la rotunda oposición de su padre. Sin embargo, de poco sirvieron los intentos de los progenitores por apartarla de su vocación. La leyenda dice que llegó a desfigurarse el rostro y cortar sus cabellos con el fin de verse rechazada por su prometido.
Si ya en vida Mariana había alcanzado gran renombre por su piedad y los prodigios de todo género que se le atribuían, después de su muerte el mismo no hizo sino aumentar. Incluye entre ellos la caída de lluvia en Madrid, en épocas de fuerte sequía, como la de 1613. El 18 de enero de 1783 fue declarada beata por el papa Pío VI. Era tal el fervor que la figura de Mariana despertaba entre el pueblo, que el Ayuntamiento de Madrid la declaró co-patrona de la ciudad, junto a san Isidro Labrador.
Convento de las Carboneras
Llegamos caminando al convento de las Carboneras del Corpus Christi, de las monjas jerónimas, popularmente conocido como el “Convento de las Carboneras”, por un cuadro de la Virgen Inmaculada que fue encontrado en una carbonera y donado al convento. Fue fundado en 1607 por Beatriz Ramírez de Mendoza (1556-1626), dama de la Reina Ana de Austria.
Monasterio de las Descalzas Reales
Fachada del monasterio de las Descalzas Reales
El monasterio de Nuestra Señora de la Visitación, más conocido como las Descalzas Reales, es un monasterio de monjas de clausura, clarisas coletinas, fundado en 1559 por Juana de Austria. Es un edificio clasicista del siglo XVI que alberga en su interior importantes obras de arte al haber estado siempre ligado a la realeza. De hecho, en 1715 el rey Felipe V dictó un Real Decreto por el que se concedía el título perpetuo de grande de España a todas las abadesas de las Descalzas.
Juana nació en este edificio y fue enterrada en él. Fue viuda del príncipe Juan Manuel de Portugal, hermana del rey de España Felipe II y madre del futuro rey portugués don Sebastián.
Una vez fallecido su marido, los portugueses no la querían. Tras su gobierno, Juana sopesó tomar votos como franciscana, que era lo que se esperaba de una hermosa viuda sin intenciones de volver a casarse, pero finalmente decidió que lo que quería ser, de verdad, era miembro de la Compañía de Jesús. Imposible según las reglas escritas por San Ignacio de Loyola, que apartaban a las mujeres de la orden y hasta de su labor pastoral. Pero por enchufe de Francisco de Borja, la princesa Juana de Austria se saltó las normas y formuló sus votos en secreto bajo pseudónimo, convirtiéndose en la primera y última mujer jesuita de la historia. Murió por un cáncer de útero en 1573, con treinta y ocho años, lamentándose en sus últimos días de haber dejado a su hijo en Portugal cuando solo era un bebé para atender las órdenes de su hermano.
Antes de acabar, recordamos dos espacios relacionados con mujeres del siglo XIX.
Hospital de la Buena Dicha
Por un lado, recordamos ante la original la fachada del Hospital de la Buena Dicha, fundado en 1564 por fray Sebastián de Villoslada, que durante los hechos del levantamiento del 2 de mayo de 1808, el hospital atendió a muchos de los heridos, y en él se enterraron varios de los héroes del levantamiento como Manuela Malasaña y Clara del Rey.
Plaza de Soledad Torres Acosta
Finalizamos nuestra visita en la Plaza de Soledad Torres Acosta, importante religiosa española del siglo XIX, que fundó la Congregación de las Siervas de María Ministras de los Enfermos.
Este paseo sirvió para que los participantes conocieran un poco mejor a mujeres referentes gracias al urbanismo y a la arquitectura de la ciudad de Madrid, fiel reflejo del paso de la historia.
Esta actividad fue subvencionada por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.