25 de septiembre.- MUJERES PARA EL DIÁLOGO Y LA EDUCACIÓN (MDE) organizó las conversaciones con Javier Cantera, Presidente de Auren BLC sobre EL IMPACTO DEL TELETRABAJO EN LAS MUJERES a través de la APP ZOOM, el pasado 24 de septiembre.
Giovanna G. de Calderón, presidenta de Mujeres para el Diálogo y la Educación (MDE) apunto la gran expectativa que ha generado la aprobación del Real Decreto que regula el teletrabajo (Ley de Trabajo a Distancia). En su opinión y por la experiencia vivida en meses pasados, considera que el teletrabajo aumenta el estrés y retrotrae a las mujeres a la década de los ’50. Asimismo, afirmó que las estadísticas sugieren que las consecuencias económicas de la pandemia están perjudicando de forma desproporcionada a las mujeres. A continuación, lanzó la siguiente pregunta a los ponentes: ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene el teletrabajo para las mujeres?
Javier Cantera, presidente de Auren BLC, de la Fundación Personas y Empresas y coordinador de la Mesa de Empleo y RRHH de Madrid Foro Empresarial comenzó su exposición recordando que el término teletrabajo (Telecommuting) fue acuñado en 1975 por el físico Jack Nilles y que España nunca se ha suscrito al Acuerdo Marco Europeo sobre Teletrabajo de 2002. En primer lugar, puntualizó que: “no hay que confundir el teletrabajo con la “telesobrevivencia” que es lo que hemos vivido por la Covid-19. Esto ha producido una incidencia muy negativa para las mujeres”.
Considera bueno, aunque insuficiente, el nuevo Real Decreto de Trabajo a Distancia, porque no contempla las realidades de las PYMES. Defendió el teletrabajo con los siguientes argumentos: se reducen los costes en activos inmobiliarios; se fomenta la inserción laboral de personas discapacitadas; se disminuye la contaminación; se incrementa el trabajo en las zonas rurales de la España vaciada y se consigue que el tiempo de trabajo sea más efectivo. No obstante, tildó de “argumento saduceo que el teletrabajo permita una mejor conciliación de la vida laboral, ya que esto depende de la corresponsabilidad”.
Destacó que “hay un falso dilema sobre la conciliación; porque la conciliación es un problema social, no solo de mujeres sino de la familia”. El 70% del trabajo de un hogar recae sobre las mujeres y el cuidado de personas dependientes en un 72%. Entre otros, esto supone que hay un 20% más de mujeres que de hombres que han tenido fatiga mental, lo que demuestra que la desconexión digital no es real.
A su juicio, hay que derribar el mito del multitasking (multitarea); el de las diferencias cerebrales y culturales entre hombres y mujeres (hay que dar las mismas oportunidades) y el del estrés doméstico (carga mental emocional): “hay que compaginar siendo CORRESPONSABLES”.
Señaló que le preocupa mucho el Protocolo del Teletrabajo, ya que no tiene en cuenta “una perspectiva de género, la carga mental de género, la falta de sensación del horario flexible y la visibilidad de la mujer”. Piensa que los agentes sociales (asociaciones de mujeres, sindicatos, etc.) deben unirse para reclamar que la política de teletrabajo incluya esta perspectiva de género.
Llamó la atención sobre la importancia de la desconexión digital, la flexibilidad horaria (hay que ser muy eficaz con la gestión del tiempo, (recomiendo la técnica Pomodoro); la responsabilidad compartida y equitativa (no es exclusiva de un género) y el micromachismo (o machismo a secas).
A continuación, Manuela González García, presidenta del Grupo de Mujeres del Círculo Empresarial Leonés (CEL) y vicepresidenta del CEL, informó que desde que comenzó el confinamiento, en León se ha pasado de un 5% a un 40% de trabajadores que están teletrabajando. Añadió que el factor humano es lo más importante, “ha de ser beneficioso tanto para el trabajador como para la empresa. Lo importante es lograr un win-win”.
Seguidamente, Candelaria Carrera Asturiano, coordinadora del Área de Mujer de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), inició su turno informando que desde marzo hasta agosto de 2020, ha descendido en 8.000 mujeres el número de autónomos. Señaló que la nueva ley “no tiene en cuenta a los autónomos porque no refleja un compromiso con su digitalización ni con los gastos económicos que supone teletrabajar”.
Mª Antonia Losada, psicóloga y socia directora de la Escuela de Coaching Lider-haz-GO, puso de manifiesto en su intervención la preocupación sobre las consecuencias del teletrabajo en los comportamientos, ya que cada vez el trabajo es más abstracto. A su parecer, el teletrabajo “va a producir una brecha salarial más grande y un sistema laboral más precario para las mujeres”. Destacó que el teletrabajo fomenta el sendentarismo, reduce las interacciones personales (aislamiento) y, a nivel de empresa, generará más “silos”.
Por su parte, Dulce Mª Moreno, Secretaria de Formación Sindical e Igualdad de la Unión Sindical Obrera (USO), recordó que teletrabajo es voluntario y las condiciones de trabajo no deben cambiar. Recomendó que “el trabajador no firme nada individualmente, sino que la tramitación la haga por convenios colectivos”. Propuso incentivar la corresponsabilidad.
Giovanna G. de Calderón, presidenta de MDE, inició el coloquio preguntando: ¿creéis que la asertividad es esencial para el teletrabajo? Cantera respondió con contundencia: “la asertividad depende de cada persona, aunque se práctica y se aprende. Lo importante es que hay que romper roles sociales y adaptarnos a una situación mixta”.
Por último, Cantera sugirió las siguientes medidas para que el teletrabajo sea óptimo: una política de teletrabajo con perspectiva de género; un protocolo de desconexión digital, con especial importancia para la corresponsabilidad; unos criterios claros de funcionamiento por parte de la dirección a distancia; un horario flexible tasado y mayor visibilidad femenina. Considera que habrá un nuevo nicho de mercado y, por ello, hay que preparar a las mujeres para que lideren en remoto.
Esta actividad está subvencionada por el Distrito de Chamberí y cuenta con el apoyo de Foco Consulting.